Puerto Príncipe, 1925

La algarabía del puerto le sobresaltó. Apenas había podido dormir debido a todos los ruidos extraños que poblaban la noche del navío y tenía profundas manchas oscuras bajo los ojos, lo que hacía que aún pareciera más frágil y demacrada. A su lado, su madre se abanicaba con una mano mientras con la otra le…

Tu voto: